Valentina y Carlota vuelven a dejarnos con la boca abierta, como cada verano ya hemos hecho su sesión y esta vez hemos optado por los girasoles, una sesión super bonita que me tiene locamente enamorada.
A Valentina le encanta que le haga fotos, cada sesión la disfruta más y Carlota aunque al principio se resiste al final se lo pasa pipa.
Cada sesión con ellas está llena de anécdotas (el año pasado terminamos de agua hasta casi la cintura) y este no iba a ser menos, casi nos quedamos sin girasoles por que con esta calor la mayoría de los campos están secos y luego…casi soy comida por los mosquitos, ¡Maribel échale repelente a las niñas que hay mosquitos! y ahora voy yo y no me echo…jajaja, todo merece la pena por que vuestros recuerdos queden así de bonitos.
